En 1981 cursé mi 4to medio (2do de bachillerato) en un nuevo colegio, por segunda vez volví a abandonar ese colegio donde nunca me habían entendido, donde siempre se habían burlado de mí por tener una sensibilidad especial y algún que otro defecto físico, donde todo ahí era en blanco y negro y en mono, sin embargo yo buscaba como loco vivir en color y en estéreo, comprendo que habían unas normas sociales pero mi propuesta también era válida, sólo necesitaba un poco de apoyo. No recuerdo ni como lo hice pero finalmente conseguí salir con aquella chica por la que había sentido una atracción de adolescente, antes de la aventura que marcó mi independencia, sin embargo ella era un tanto especial, nunca noté que me quisiera de verdad, era una relación como postiza, yo la quería pero no creo que ella a mí, creo tenía dudas, es decir, yo no era el típico joven hecho en serie apto para interesar, era distinto y no sólo por mi carácter. Yo vivía en Santiago de Chile, en un barrio de trabajadores, porque mis padres siempre habían sido comerciantes, mi medio novia vivía en el barrio alto, es decir en la zona bien,
su padre un ingeniero y coronel del ejército, máximo responsable del proyecto nuclear de Chile, por lo tanto yo notaba que en esa casa no encajaba, yo ya era un soñador, un poeta escritor de canciones al que le continuaba costando adaptarse al colegio y a algunas personas.
En Chile, en los tiempos que vivía ahí, hay tres preguntas que la gente se hacía para medir si les interesas o no, una radiografía social rápida, ¿qué edad tienes?, ¿dónde vives? y ¿qué estás estudiando?, yo no me sentía cómodo con ninguna de las tres preguntas, tampoco sabía mentir o maquillar las respuestas, por lo que, por aquel tiempo, procuraba no coincidir con estas situaciones. Yo era consciente de que, a mi novia de adolescente le gustaba pero no tanto mi peculiar forma de ver la vida. Además, y todo hay que decirlo, yo tenía un hermano, 5 años mayor que yo, que éramos antagónicos en todo, él era guapo y yo no, él era el mejor estudiante, yo no, él acertaba en todo, yo pisaba mierda cada vez que daba un paso, entonces, como Chile por aquel tiempo era un país de extremos, es decir o se es guapo o feo pero no normal, o se es rico o se es pobre pero no normal, etc…, el problema es que la gente que conocía a mi hermano, al conocerme me decían, ¿tu eres el hermano de….?, pues no os parecéis en nada, ¿seguro que sois hermanos?, para una persona sensible esto era un cañonazo en todo el estómago.
Poco después de cambiarme de cole, volví a sentir que no me adaptaba por lo que, hablando con mi amigo Xavier, el que bailaba en el cine, un tipo extraordinariamente inteligente pero más loco que yo, me contó que él se había apuntado a un colegio especial, era un lugar donde iban hijos de diplomáticos y otros profesionales que por su vida de aquí para ahí por el mundo, tenían problemas de adaptación, me cambié a este nuevo colegio a los tres meses de haber empezado 4to medio, segundo de bachillerato. Aquí ya empecé a notar un cambio, la gente era más de mi especie, éramos todos raros, algunos tipo AIDA, jajajaja… especiales, locos, soñadores, etc…, entonces empecé a notar mayor interés por los estudios, incluso hasta aprobaba con mayor asiduidad los exámenes, sin dejar de escribir mis canciones, en fin, ahí acabé el colegio con un razonable sabor de boca. Seguía saliendo con aquella primera novia pero era una relación fría, como a distancia, yo la quería mucho pero para nada me sentía correspondido.
Pasó el verano en marzo de 1982 empecé mis estudios superiores en una nueva facultad donde se impartía la carrera de Ingeniería de Sonido, era lo más cercano a lo que a mí me movía, empezamos 22 alumnos y al acabar el primer semestre sólo dos lo habíamos aprobado todo, por lo que nos plantearon trasladarnos provisionalmente a otra sede para facilitar el acceso a nuevos profesores, y así fue, pero en esa nueva sede me sentí incómodo, no recuerdo el por qué. Un día, a finales de agosto, y llevando pocas semanas en esa nueva facultad, me fui a dar una vuelta por el centro de Santiago, en una agencia de viajes leí….Oferta vuelo charter a Madrid, entré y pregunté, esto era un jueves. La verdad es que no sé qué hice pero al jueves siguiente estaba sentado en ese avión, antes me había despedido de toda mi familia, en especial de mi padre, era un viaje de ida y vuelta pero en mi interior sabía que sólo era de ida…, y a mi padre, mi héroe, nunca más lo volví a ver tal y como le conocí. Era un 2 de septiembre de 1982, cada año también lo celebró como el día que escapé de mi cárcel social/interior, también celebró el 3 de septiembre de ese mismo año porque fue el día que llegué a Madrid y después a Barcelona, mi destino, llegué sin guitarra, porque la que tenía la tenía hace poco tiempo y se la vendí a un amigo y con ese mismo dinero me compré la misma aquí. Cuando aterricé en el aeropuerto del Prat, vinieron a buscarme mi tío Mauricio y mi primo pequeño Juan Carlos, todos Abad, me llevaron directamente a Begur, venía del pleno invierno de Chile y llegue en verano europeo, cuando llegué a Begur sentí un inmediato amor a primera vista, ese lugar era maravilloso, calles estrechas que subían y bajaban, un castillo, unas playas tranquilas pequeñas y preciosas, yo venía del salvaje Pacífico, por lo que empecé a sospechar que mi vida estaba en pleno giro.
En Begur vivían varios hermanos de mi madre y al cabo de pocos días me di cuenta que no podía avanzar 30 metros sin encontrarme con un primo hermano, tío o mi propia abuela, sin duda era una situación nueva para mí que me encantaba. En Begur también tenía una casa uno de mis grandes ídolos de la canción, un autor extraordinario Joan Manel Serrat, allí se retiraba para componer, todo eso para mí era como estar viviendo dentro de un sueño. Recuerdo que mi tío me pidió que le ayudase en el bar de la plaza Es Castell, ahora regentado por mi primo Maurici, y así lo hice. Un día, estando en la barra y de espaldas oigo una voz de hombre que me dice en catalán… Noi ¿em poses Tres Gin Tonics?, me giré y era Serrat, me quedé petrificado y tuve que pedir a un compañero que le atendiera…, al cabo de unos días mi tío me lo presentó, ufffff, que emoción, había conocido a uno de mis dos grandes ídolos, el otro era John Denver, un cantautor americano que yo adoraba, pero conocerle sería mucho más difícil, sin embargo yo no daba nada por imposible, sueño que proyectaba, sueño que se convertía en realidad.
Cuando acabó el verano me trasladé a Barcelona, donde fui recibido en casa de la familia de mi querido y recordado tío Juan y tía Felicidad en L’Hospitalet, allí estuve viviendo y siendo muy feliz unos cuantos meses, no me podía creer vivir en una casa sin gritos, sin follones, sin cambios repentinos de humor…
Un día recibí una carta de mi novia de adolescente de Chile, me decía que por fin había encontrado la felicidad, es decir que ya tenía otro novio, creo que me fui a una plaza, me senté en un banco y lloré, se trataba de un vínculo emocional aunque también he de reconocer que yo ya estaba en otra, no en otra novia, en otra vida, por lo que como mucho esa carta me sirvió para escribir una nueva canción, francamente ahora ni recuerdo que canción era.
En octubre me matriculé en La Salle para continuar con mis estudios de sonido, pero aquello no era lo mismo, era Ingeniería Técnica en Telecomunicaciones con una especialización en imagen y sonido a partir del tercer año, por lo que tanto número me liaba y me aburría considerablemente.
También en octubre conseguí empezar a cantar con mi guitarra en un Pub de Travesera de Gracia llamado Revival, me contrataron para que fuera los jueves, el problema es que aquello era muy tarde, a eso de las 11 de la noche y acababa a la 01:00 AM o más tarde. Cantaba dentro de una especie de túnel, tipo The Cavern de Liverpool, que ataba muy oscuro, sólo había luz en el escenario, allí iban muchas parejas a escucharme, todas las canciones que cantaba eran de mi autoría, es decir no las conocía nadie pero cómo iba cada jueves acabé por hacerlas populares, en el Pub, es decir, ya tenía como unos 18 seguidores a los que no conocía. Un día estaba cantando y pasó algo muy raro, de golpe se fue el sonido y se encendió la luz de la cueva, esa circunstancia me ayudó a comprobar que allí no iba nadie a escucharme, esas parejas hacían cualquier cosa excepto escucharme, jajajajaja, en cualquier caso creo que mis melodías románticas colaboraban activamente a sus propósitos. A pesar de ello, en ese Pub conocí amigos que aún mantengo.
Un día una chica, un poco pasota me dijo…., tío dedícate al Rock, jolín ese había sido un golpe bajo, ¿a ver si todos pensaban lo mismo?, no olvidemos que yo venía de Chile admirando las letras de Serrat …., Quizás porque mi niñez sigue jugando en tu playa…, pero en España la poesía que triunfaba por entonces no era esa, era…. Sufre mamón, devuélveme a mi chica o te revolcarás entre polvos pica pica…, jolín esto me tenía desencajado, entonces la noche que esa chica me dijo eso yo lo pensé, reflexioné acerca del tema, tenía tiempo para hacerlo porque los jueves yo iba a dormir a casa de mi abuela, que durante los inviernos vivía en Sans, por lo que tenía como unas 20 calles desde Gracia para pensar, no cogía taxi porque valía exactamente lo mismo que lo que me pagaban, no era un buen negocio. En ese trayecto que hacia los jueves pie y con mi enorme funda de guitarra, con la guitarra dentro, era capaz de transformar lo ORDINARIO EN EXTRAORDINARIO, la noche de aquella chica reflexioné lo siguiente; esa chica NO me había dicho que no le gustase, ni que me dedique a otra cosa como hizo mi profesor en Chile, esa chica me había dicho, …continúa con la música pero ADÁPTATE.
ALEJANDRO ABAD con 19 años en Begur
Deja una respuesta