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Las buenas personas aportan felicidad, las malas experiencias.
He vivido una experiencia extraordinaria en GHVip, nunca la olvidaré y siempre estaré infinitamente agradecido a los productores de este maravilloso formato televisivo por pensar en mi, también a Mediaset por continuar contando conmigo. Entré sin más horizonte que la convicción de querer vivir una experiencia maravillosa y me voy con la experiencia aprobada, “el maletín”, francamente no sabía ni que existía.
Me llevo muchas risas, el profundo amor que siento por los míos, mucho más acusado ahí dentro, y la sensación de ser MUY afortunado por estar muy lejos de las prioridades de muchas de las personas con las que he compartido casa.
No se reían de forma sana porque ellos no lo están, me provocaban e insultaban porque su prioridad era verme fuera cuanto antes, se ponían nerviosos cuando escribía en mi blog porque contaba la auténtica verdad, no les gustaba ni comprendían que me pusiera del lado de los marginados, no les gustaba que pusiera en evidencia la nula educación, la chabacanería, la hipocresía, el mal hacer, la ignorancia, no entendían ni la ironía ni las bromas. Desde fuera algunos colaboradores han aprovechado de agarrarse, como si de un clavo ardiendo se tratase, a mis pocas palabras y expresiones desafortunadas que sin ninguna maldad pronuncié, sólo lo hice en defensa propia.
Aquí os dejo un video que le hice a mi esposa Susana, de la que continúo más enamorado aún tras 25 años juntos, el día de su cumpleaños. Esta es la única verdad y quien se quiera aferrar a retorcidas y enfermizas suposiciones, que continúe en su pozo de mediocridad que yo soy muy feliz aquí fuera.
Un abrazo a las buenas personas y a las malas también.
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