Una de las decisiones de las que jamás me arrepentiré en la vida, es haberme marchado de casa a los 19 años, no porque no quisiera a mi familia, simplemente lo hice porque necesitaba encontrarme a mi mismo y demostrar que era capaz de alcanzar sueños y logros. Rompí con todo y pasé a vivir de mono a estéreo, no tardé en encontrarme con la realidad de la vida, lo cual no me impidió estudiar y trabajar para desarrollar mi vocación, que siempre ha sido la música. De paso conseguí hacerle cambiar de opinión a un profesor que, en más de una ocasión, me echó de clases en el colegio, asegurándome que de la música no era posible vivir, lo que no sabía este profesor es que precisamente no me hubiera sido posible vivir sin la música.
Esta foto precisamente me la hicieron aquel mismo año y ya en España, en la maravillosa playa de Sa Riera en Begur, Costa Brava.
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